La apreciación del peso mexicano frente al dólar ha contribuido a la desaceleración de la inflación en el país. Sin embargo, este fenómeno ha beneficiado principalmente a las entidades en la frontera norte de México debido a su proximidad con los Estados Unidos, lo que las hace más susceptibles al comportamiento del tipo de cambio. Según datos del Inegi, solo nueve de las 32 entidades del país registraron una inflación anual dentro de la meta del Banco de México en octubre pasado.
Las seis entidades de la frontera norte, incluyendo Nuevo León, Baja California, Coahuila, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, se encuentran entre las que cumplen con la meta de inflación. La apreciación del peso ha llevado a una situación de “apredeflación” en estas ciudades fronterizas, con una disminución de los precios y una mayor capacidad adquisitiva para los residentes, especialmente al comprar en territorio estadounidense.
La dinámica de apreciación del peso también ha impactado en la importación de mercancías no alimenticias, reduciendo los costos de producción. Por otro lado, algunas entidades en la región sur-sureste del país, como Yucatán, Chiapas, Quintana Roo y Campeche, enfrentan niveles inflacionarios más altos. Se sugiere que la construcción del Tren Maya puede ser una de las causas, ya que ha generado una expansión en el ingreso y el gasto en bienes y servicios, provocando un alza en los precios y una inflación elevada en el corto plazo. Además, la demanda de insumos para la obra puede causar escasez y aumentos en sus precios.
Fuente: El Economista
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