El crimen organizado extendió sus operaciones al sector alimentario del país. La cadena de suministros en todo el mapa mexicano ha sido golpeada por diferentes cárteles de la droga que se han apropiado de hectáreas de cultivo, transporte y almacenes de comida, con lo que han logrado imponer los precios finales al consumidor. El aguacate, el limón y el mango fueron los primeros productos damnificados que han sido vistos como un negocio por varios cárteles de la droga, los cuales han afianzado sus operaciones en estados como Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Jalisco y otras entidades. La situación ha hecho crisis ahora con otros productos de primera necesidad, los cuales se surten en los principales mercados públicos y centrales de abasto del país. Se han encarecido hasta en 300 por ciento.
Fuente: Reporte Indigo
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