La escasez de agua en México está afectando seriamente al sector agrícola del país. Hasta septiembre pasado, se informó que 502,550 hectáreas de cultivos habían sido dañadas, principalmente debido a la falta de lluvias. Esta crisis ha llevado a un llamado de auxilio por parte de productores y campesinos, ya que la sequía afecta a más del 70% del territorio nacional.
Los estados más afectados por esta escasez de agua en la agricultura son Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas, con más del 70% de su superficie agrícola en algún nivel de sequía.
De las hectáreas afectadas, la mayoría corresponde a cultivos de temporal, que dependen de las lluvias y la capacidad del suelo para retener agua. La falta de tecnificación en el riego y la ausencia de políticas públicas para el tratamiento y reutilización del agua agravan la situación en el campo mexicano, según expertos consultados.
Para abordar esta crisis, se proponen soluciones como invertir en tecnología para la agricultura, especialmente en sistemas de riego y monitoreo en tiempo real de la humedad del suelo, así como promover alternativas de captación de agua, como las granjas de humedad. La falta de eficiencia en el uso del agua en la agricultura, donde la mayoría de los cultivos dependen de las lluvias, es un problema que necesita ser abordado con urgencia.
Los cultivos más afectados por la sequía son el frijol, el maíz, la avena, el sorgo, la cebada, el trigo y la soya. Se destaca la necesidad de actualizar las políticas públicas para el campo y fomentar prácticas sostenibles, así como capacitar a los productores en el uso eficiente del agua. También se sugiere buscar alternativas de captación de agua, como las granjas de humedad, tomando como ejemplo el éxito de Israel en la agricultura de riego por goteo.
En resumen, la sequía está teniendo un impacto significativo en la agricultura mexicana, y se requieren medidas urgentes para abordar esta crisis, incluyendo la tecnificación de la agricultura y el fomento de prácticas sostenibles.
Fuente: Excélsior
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