Déficit en consumo de leche podría reducir hasta en 10 puntos coeficiente intelectual de niños.

septiembre 21, 2023

Investigaciones realizadas en distintos países, como el Reino Unido, Países Bajos, España y Australia, han revelado una conexión notable entre el bajo consumo de leche durante el embarazo y un rendimiento cognitivo deficiente y un desarrollo neurológico comprometido en los niños.

El consumo insuficiente de productos lácteos por parte de las mujeres embarazadas en Chile, que está por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría estar ejerciendo un impacto negativo en el desarrollo cognitivo y el coeficiente intelectual de sus hijos. Esto es lo que señala el doctor en Nutrición y Alimentación, Samuel Durán, director del Magíster en Salud Pública de la Universidad San Sebastián y miembro del Comité Científico del Programa Gracias a la Leche del Consorcio Lechero.

El Dr. Durán resalta la importancia crucial del yodo contenido en la leche, un factor que, en su opinión, ha sido subestimado por demasiado tiempo. Estudios han demostrado que la falta de yodo puede reducir el coeficiente intelectual de los niños hasta en 10 puntos. Investigaciones llevadas a cabo en diferentes países han encontrado una conexión significativa entre niveles bajos de yodo en las madres durante el embarazo y un rendimiento cognitivo deficiente y un desarrollo neurológico inferior en los niños.

Un análisis sistemático y un metanálisis indicaron que los niños menores de 5 años nacidos de madres con niveles bajos de yodo materno podrían experimentar una disminución de entre 6.9 a 10.2 puntos en su coeficiente intelectual. El yodo, un elemento químico esencial descubierto en 1811, desempeña un papel crítico en la producción de hormonas tiroideas, que son vitales para el crecimiento y el desarrollo del cerebro, entre otros tejidos. La falta de yodo puede dar lugar a trastornos como el hipotiroidismo, el bocio y, en casos graves, el cretinismo.

Los lácteos son una de las principales fuentes de yodo para los seres humanos, junto con la sal yodada, que se enriquece con este componente. Sin embargo, el Dr. Durán advierte que en los últimos años ha habido una tendencia al consumo de sal artesanal que carece de yodo, lo que ha reducido la ingesta de este mineral. Esto subraya la importancia de obtener yodo a través de fuentes alternativas, como los productos lácteos.

El Dr. Durán enfatiza que las necesidades de yodo se duplican durante el embarazo y casi se triplican durante la lactancia. Explica que esto se debe a un aumento en las demandas de hormonas tiroideas por parte de la madre y a la necesidad del feto de sintetizar sus propias hormonas tiroideas, con el yodo como fuente esencial.

Para que la leche materna cumpla su función adecuadamente, debe contener una concentración de yodo de al menos 100 microgramos por litro, con un promedio de 152 microgramos para satisfacer las necesidades diarias de yodo del lactante, estimadas en 15 microgramos por kilogramo.

En cuanto a Chile, el Dr. Durán sugiere que aproximadamente 400 ml de leche al día, equivalente a unas dos tazas, sería la cantidad recomendada para obtener la dosis adecuada de yodo. Sin embargo, actualmente no existen estudios específicos sobre el consumo de leche en mujeres embarazadas en el país, aunque se está llevando a cabo uno por parte de la Universidad de Chile y la Universidad de Los Lagos.

La información más reciente proviene de la Encuesta Nacional de Alimentación de 2014, que no distinguió específicamente a las mujeres embarazadas en sus datos, pero sugiere que estas podrían estar ingiriendo solo una porción y media de leche en lugar de la cantidad recomendada. Esta situación plantea un desafío importante para garantizar un desarrollo cognitivo saludable en la próxima generación de niños chilenos.

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