Debido a la sequía que afecta al 78 por ciento de la población en México, se espera una significativa disminución en la producción de maíz, un alimento fundamental en la dieta de los mexicanos. Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), esta caída podría ser de hasta un 17 por ciento, pasando de 27.8 millones de toneladas a 23.1 millones, o en un escenario más optimista, una reducción del 8 por ciento, llegando a 25.6 millones de toneladas.
En este contexto, se prevé un aumento en las importaciones de maíz amarillo de hasta un 24 por ciento, lo que significa que podrían pasar de 18.8 millones de toneladas a 23.4 millones en el peor de los casos, o un aumento del 12 por ciento, llegando a 21 millones en un escenario más favorable.
La sequía en México afecta al 78 por ciento del territorio nacional, y las principales presas utilizadas para la agricultura tienen un almacenamiento promedio de tan solo el 39.7 por ciento de su capacidad. Esto resultará en una disminución de la producción de maíz en el ciclo primavera-verano de 2023, lo que tendrá un impacto en la producción anual.
Esta situación alejaría a México de la autosuficiencia en la producción de maíz y cambiaría significativamente su posición en el mercado mundial. A pesar de que México no perdería su lugar como séptimo productor de maíz, su participación en la producción global caería por debajo del 2.3 por ciento. En términos de importaciones, si alcanzan los 23.4 millones de toneladas, México se convertiría en el principal importador de maíz, superando a China, que importa 23 millones de toneladas.
Los impactos de esta situación se sentirían en diversas industrias relacionadas con la agricultura, como las semilleras, maquinaria y equipo, trilladoras, bodegas, agroquímicos y transporte, todas enfrentando una disminución en las ventas que afectaría directamente su rentabilidad.
Ante esta crisis, el GCMA sugiere tomar medidas urgentes, incluyendo la implementación de un plan nacional para mejorar la eficiencia en el uso del agua, el mantenimiento adecuado en los sistemas de riego, la rehabilitación de pozos y la adopción de tecnología en los sistemas de riego.
Fuente: La Jornada
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